¡Buenos días, ciudadanos de esta dorada metrópoli!
Soy yo, el MISTERIOUS STRANGE SUPER GENTLEMAAAAAAAAAAAAANNN!!! (tararán)
En estos días aciagos, en que la mafia y el crímen se han apoderado de las calles y de las almas de las personas inocentes (ejem) de esta gran nación (ejem, ejem) hay cosas que ni siquiera los SSSSSSSSSSSsúper Hérooooeess logramos tolerar, a pesar de nuestros nervios de acero y nuestros hermosos y aceitados cuerpos... por que vosotros también se los aceitáis, ¿Verdad?
Bueno...
A lo que me refiero hoy, es al reciente fenómeno del que todo el mundo ha hablado aunque sea de manera casual: aquellos jóvenes de prominentes copetes y tendencias pseudo-masoquistas a los que se ha denominado EMOS
No me detendré a explicar las costumbres, ritos o contexto ambiental en el que se desenvuelven estas desafortunadas aberraciones de la evolución. Creo que queda bastante claro para todos nosotros.
En este caso me detendré un poco a hablar acerca de lo que ha venido ocurriendo en los últimos días con la población en general y su relación con estos tristes productos de la cultura actual.
Como Súper Héroe es mi labor y misión defender la paz y el orden, así como la armonía y las buenas costumbres.
Últimamente, sin embargo, he de admitir que he caído en la tentación de dejarme llevar por los impulsos de la población general y de tanto en tanto me doy el raro lujo de, encubierto por mi identidad secreta, molestar un poco a estos individuos de colores apastelados y mirada turbia.
No está mal (y la historia ha demostrado que es incluso necesario) expresar nuestro sentir hacia otros grupos mediante insultos que no salen de lo jocoso ("oye tú, EMOrroide!!") y que, de alguna manera, sabemos que no herirán la sensibilidad del oyente, o en el peor de los casos, su integridad física.
Podemos, incluso (aunque personalmente, dado mi papel de Guardián del Orden, no he podido ni querido hacerlo) abandonarnos al carácter cándido y jactancioso que caracteriza a nuestra raza de bronce, y darles un amigable "zape" que no causará mucho más que una temporal confusión y, quizá, una atenta invitación a recordar a la autora de nuestros días.
Sin embargo, en los últimos días, se ha dado un fenómeno alarmante para muchos, en especial para Súper Gente como Súper Yo.
Se habla de un experimento en el que se pone a cuatro chimpancés en una habitación. Frente a ellos, una escalera en la cima de la cual pende un apetitoso racimo de plátanos. Desgraciadamente para nuestros antropoides amigos, cada vez que uno intena subir para alcanzar el preciado premio, los otros tres reciben choques eléctricos. De tal modo, ya ninguno de los cuatro quiere subir por el suculento fruto. Luego de varios días, sustituyen a uno de los chimpancés por uno nuevo, que no duda en subir por la penca de plátanos y recibe las inevitables cconsecuencias.
Pese a no saber qué es lo que ocurre, el recién llegado aprende pronto a no abandonarse a sus instintos, y se une al sentir de los otros tres.
Luego de ello, sustituyen a otro de los simios por uno nuevo, que es igualmente ignorante de la situación y sucumbe al craso error de tratar de obtener el trofeo, con las desalentadoras consecuencias.
Pronto se adapta y adopta el sentir de los otros tres, aunque tanto él como el anterior ignoran a qué se debe el comportamiento que han adoptado, excepto por saber que serán maltratados por sus congéneres.
El experimento sigue así hasta que no queda ninguno de los simios originales. Sin embargo, los "nuevos simios" ya han adoptado el comportamiento de sus predecesores y, aunque ellos no tienen razón para no tratar de alcanzar los plátanos, igual propinan una paliza a cualquier recién llegado que tenga la mala suerte de tener algo de iniciativa.
Es un ejemplo algo burdo, pero es, a mi parecer, lo que ha venido ocurriendo con estos individuos llamados Emos. Otras tribus urbanas (Punks, Góticos, Alumnos de Primaria y Ex-convictos de los geriátricos) se han dedicado a desprestigiar a esta insulsa, aunque he de admitir, inofensiva gente que pretende alcanzar algún tipo de nirvana emocional deprimiéndose por cualquier cosa.
¿Por qué tanto rechazo? No sabría explicarlo; deprimirse de esa manera es algo absurdo, a mi sentir, pero siempre digo, con toda mi actitud de Súper Héroe: "¡Allá ellos!"
Está bien hablar mal y todo, pero, ¿Es aceptable recurrir a violencia extrema, solo por el hecho de que no los aprobamos?
Las demás tribus han dado a conocer las razones por las cuales han sometido por la fuerza a estos seres de negro y rosa: "Nos roban el estilo; son idiotas; son fascistas que solo apoyan el mercado y el sistema económico capitalista que tanto daño nos hace..."
Os invito, amigos míos, a hacer exámen de conciencia. ¿Alguna vez vuestros padres os golpearon por ser idiotas? ¡Naturalmente que puede que a algunos sí! ¿Y no os parecía terrible y de lo más injusto?
¿Por qué acudir a semejante desperdicio de fuerza y empeño, cuando podrían aprender algún deporte de contacto físico, o luchar contra las fuerzas del mal, como yo?
Ninguna de las razones que han ennumerado son justificables para poner a hermano contra hermano, pese a que suena como las palabras de ese Hippie famoso buena onda de las pelìculas... ¿Cómo se llamaba?... ¡Ya saben, ese que clavan a una cruz enorme!...
Bueno, no interesa.
La cosa es esta: hermanos y hermanas Punks; queridos amigos y parientes Gòticos; Skaters, Frikis, e incluso tú, sí, tú, mi incómodo vecino Reggaetonero.
Os invito a detener esta locura. No es necesario, os aseguro, matar a un Emo para hacer patria; ni siquiera madrearlos hasta hacerlos perder su deprimente conciencia. Si es vuestra intención hacer patria, os invito atentamente a servir en el ejército; enlistarse en la policía o salvar el futuro de la vaquita marina.
Tampoco así detendrán el capitalismo. Dejad de comprar ropa gringa; cazad vuestra comida, haced vuestras propias herramientas y publicad vuestro propio arte; dejaos de sedarse con alcohol y drogas sintèticas... ¡Para eso la naturaleza nos dio los hongos!
¡Tampoco así evitaréis que vendan el petróleo de nuestra nación! Si los Emos son una mascarada, ¡Deshacedla ignorando a los medios que la hacen obvia!
¡Hermanos, hermanas! ¡Ciudadanos de este mundo! ¡Los Emos, aunque incómodos de ver y desagradables de tratar, son también personas, y el eliminarlos solo nos rebajará al nivel de herramientas obedientes de las fuerzas del mal, infiltradas en lo más alto de las esferas del poder!
¡Haced conciencia! Y la próxima vez que veáis un Emo, no lo maltratéis. Vedlo con infinita piedad y una sonrisa irónica, y seguid vuestro camino a construir un futuro mejor.
Y con esto me despido. Espero vuestros comentarios, y recordad: hay que ir hacia adelante no hacia atrás. Arriba, no hacia adelante. Y siempre girando, girando, HASTA LA LIBERTAAAAAAAAAAAAAAAAADD!!!
Soy yo, el MISTERIOUS STRANGE SUPER GENTLEMAAAAAAAAAAAAANNN!!! (tararán)
En estos días aciagos, en que la mafia y el crímen se han apoderado de las calles y de las almas de las personas inocentes (ejem) de esta gran nación (ejem, ejem) hay cosas que ni siquiera los SSSSSSSSSSSsúper Hérooooeess logramos tolerar, a pesar de nuestros nervios de acero y nuestros hermosos y aceitados cuerpos... por que vosotros también se los aceitáis, ¿Verdad?
Bueno...
A lo que me refiero hoy, es al reciente fenómeno del que todo el mundo ha hablado aunque sea de manera casual: aquellos jóvenes de prominentes copetes y tendencias pseudo-masoquistas a los que se ha denominado EMOS
No me detendré a explicar las costumbres, ritos o contexto ambiental en el que se desenvuelven estas desafortunadas aberraciones de la evolución. Creo que queda bastante claro para todos nosotros.
En este caso me detendré un poco a hablar acerca de lo que ha venido ocurriendo en los últimos días con la población en general y su relación con estos tristes productos de la cultura actual.
Como Súper Héroe es mi labor y misión defender la paz y el orden, así como la armonía y las buenas costumbres.
Últimamente, sin embargo, he de admitir que he caído en la tentación de dejarme llevar por los impulsos de la población general y de tanto en tanto me doy el raro lujo de, encubierto por mi identidad secreta, molestar un poco a estos individuos de colores apastelados y mirada turbia.
No está mal (y la historia ha demostrado que es incluso necesario) expresar nuestro sentir hacia otros grupos mediante insultos que no salen de lo jocoso ("oye tú, EMOrroide!!") y que, de alguna manera, sabemos que no herirán la sensibilidad del oyente, o en el peor de los casos, su integridad física.
Podemos, incluso (aunque personalmente, dado mi papel de Guardián del Orden, no he podido ni querido hacerlo) abandonarnos al carácter cándido y jactancioso que caracteriza a nuestra raza de bronce, y darles un amigable "zape" que no causará mucho más que una temporal confusión y, quizá, una atenta invitación a recordar a la autora de nuestros días.
Sin embargo, en los últimos días, se ha dado un fenómeno alarmante para muchos, en especial para Súper Gente como Súper Yo.
Se habla de un experimento en el que se pone a cuatro chimpancés en una habitación. Frente a ellos, una escalera en la cima de la cual pende un apetitoso racimo de plátanos. Desgraciadamente para nuestros antropoides amigos, cada vez que uno intena subir para alcanzar el preciado premio, los otros tres reciben choques eléctricos. De tal modo, ya ninguno de los cuatro quiere subir por el suculento fruto. Luego de varios días, sustituyen a uno de los chimpancés por uno nuevo, que no duda en subir por la penca de plátanos y recibe las inevitables cconsecuencias.
Pese a no saber qué es lo que ocurre, el recién llegado aprende pronto a no abandonarse a sus instintos, y se une al sentir de los otros tres.
Luego de ello, sustituyen a otro de los simios por uno nuevo, que es igualmente ignorante de la situación y sucumbe al craso error de tratar de obtener el trofeo, con las desalentadoras consecuencias.
Pronto se adapta y adopta el sentir de los otros tres, aunque tanto él como el anterior ignoran a qué se debe el comportamiento que han adoptado, excepto por saber que serán maltratados por sus congéneres.
El experimento sigue así hasta que no queda ninguno de los simios originales. Sin embargo, los "nuevos simios" ya han adoptado el comportamiento de sus predecesores y, aunque ellos no tienen razón para no tratar de alcanzar los plátanos, igual propinan una paliza a cualquier recién llegado que tenga la mala suerte de tener algo de iniciativa.
Es un ejemplo algo burdo, pero es, a mi parecer, lo que ha venido ocurriendo con estos individuos llamados Emos. Otras tribus urbanas (Punks, Góticos, Alumnos de Primaria y Ex-convictos de los geriátricos) se han dedicado a desprestigiar a esta insulsa, aunque he de admitir, inofensiva gente que pretende alcanzar algún tipo de nirvana emocional deprimiéndose por cualquier cosa.
¿Por qué tanto rechazo? No sabría explicarlo; deprimirse de esa manera es algo absurdo, a mi sentir, pero siempre digo, con toda mi actitud de Súper Héroe: "¡Allá ellos!"
Está bien hablar mal y todo, pero, ¿Es aceptable recurrir a violencia extrema, solo por el hecho de que no los aprobamos?
Las demás tribus han dado a conocer las razones por las cuales han sometido por la fuerza a estos seres de negro y rosa: "Nos roban el estilo; son idiotas; son fascistas que solo apoyan el mercado y el sistema económico capitalista que tanto daño nos hace..."
Os invito, amigos míos, a hacer exámen de conciencia. ¿Alguna vez vuestros padres os golpearon por ser idiotas? ¡Naturalmente que puede que a algunos sí! ¿Y no os parecía terrible y de lo más injusto?
¿Por qué acudir a semejante desperdicio de fuerza y empeño, cuando podrían aprender algún deporte de contacto físico, o luchar contra las fuerzas del mal, como yo?
Ninguna de las razones que han ennumerado son justificables para poner a hermano contra hermano, pese a que suena como las palabras de ese Hippie famoso buena onda de las pelìculas... ¿Cómo se llamaba?... ¡Ya saben, ese que clavan a una cruz enorme!...
Bueno, no interesa.
La cosa es esta: hermanos y hermanas Punks; queridos amigos y parientes Gòticos; Skaters, Frikis, e incluso tú, sí, tú, mi incómodo vecino Reggaetonero.
Os invito a detener esta locura. No es necesario, os aseguro, matar a un Emo para hacer patria; ni siquiera madrearlos hasta hacerlos perder su deprimente conciencia. Si es vuestra intención hacer patria, os invito atentamente a servir en el ejército; enlistarse en la policía o salvar el futuro de la vaquita marina.
Tampoco así detendrán el capitalismo. Dejad de comprar ropa gringa; cazad vuestra comida, haced vuestras propias herramientas y publicad vuestro propio arte; dejaos de sedarse con alcohol y drogas sintèticas... ¡Para eso la naturaleza nos dio los hongos!
¡Tampoco así evitaréis que vendan el petróleo de nuestra nación! Si los Emos son una mascarada, ¡Deshacedla ignorando a los medios que la hacen obvia!
¡Hermanos, hermanas! ¡Ciudadanos de este mundo! ¡Los Emos, aunque incómodos de ver y desagradables de tratar, son también personas, y el eliminarlos solo nos rebajará al nivel de herramientas obedientes de las fuerzas del mal, infiltradas en lo más alto de las esferas del poder!
¡Haced conciencia! Y la próxima vez que veáis un Emo, no lo maltratéis. Vedlo con infinita piedad y una sonrisa irónica, y seguid vuestro camino a construir un futuro mejor.
Y con esto me despido. Espero vuestros comentarios, y recordad: hay que ir hacia adelante no hacia atrás. Arriba, no hacia adelante. Y siempre girando, girando, HASTA LA LIBERTAAAAAAAAAAAAAAAAADD!!!
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